Verano seriéfilo 2022

Esta semana termina el verano, y como ya es una tradición personal, con este cambio de estación llega el momento de hacer un repaso a las series y miniseries que he visto en estos meses estivales. Los veranos por lo general suelen ser la época del año en la que más productos televisivos veo. Sin embargo en esta ocasión no ha sido así, ya que en total he podido disfrutar de tan solo 5 producciones audiovisuales, 2 de ellas miniseries autoconclusivas y el resto temporadas que forman parte de series que, o bien sigo desde hace tiempo, o bien he empezado este mismo verano. Con ellas he hecho viajes muy interesantes al pasado, al futuro y a una galaxia muy, muy, lejana. De cada una de ellas hablo a continuación.

En total he podido disfrutar de tan solo 5 producciones audiovisuales, 2 de ellas miniseries autoconclusivas y el resto temporadas que forman parte de series que, o bien sigo desde hace tiempo, o bien he empezado este mismo verano.

Sin límites (2022)

Siempre me han interesado las grandes historias de la exploración oceánica. Por eso, cuando supe que Amazon Prime estaba detrás de una serie sobre la expedición que comandó Magallanes, tuve muy claro que iba a verla. Sin límites recrea, con bastantes licencias, la famosa expedición de Magallanes-Elcano que entre el 10 de agosto de 1519 y el 8 de septiembre de 1522 se convirtió en la primera circunnavegación del globo. Sin embargo, como supongo que todo el mundo conoce ya, esa no era la intención de la expedición, sino que ellos lo que buscaban era simplemente abrir una nueva ruta comercial por el oeste que permitiese llegar a las islas de las especias (islas Molucas) sin tener que pagar a Portugal, que controlaba la ruta vigente, que bordeaba África e India. Sin límites es una coproducción hispano-estadounidense que consta de 6 episodios y que está protagonizada por dos actores de éxito internacional: Rodrigo Santoro (Jerjes en la película 300) como Fernando de Magallanes y Álvaro Morte (La casa de papel) como Juan Sebastián Elcano, a quienes les acompañan otros actores españoles a destacar como son Serio Peris-Mencheta o Pepón Nieto.

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Con un tono aventurero inicial que se va haciendo más oscuro, la miniserie Sin límites narra el viaje de la expedición de Magallanes que circunnavegó el planeta por primera vez en la historia.

Hacer ficción histórica no es nada fácil porque si lo quieres hacer bien has de tener en cuenta una gran cantidad de detalles. No solo la propia historia que se va a escribir, que debe ajustarse a la realidad, sino también la forma de vestir y de hablar de los personajes, la filosofía de vida y la moral que domina en ese momento, qué tecnología hay y qué conocimientos se tenían sobre diferentes campos. Para mí, como escritor, el rigor es una máxima, una regla inviolable que marca la manera en la que abordo cualquier historia que quiero ficcionar. Y ese mismo rigor me gusta encontrármelo tanto en los libros que leo como en las películas y series que veo. En ese sentido he de decir que Sin límites ha sido un poco decepcionante. La miniserie se toma demasiadas licencias que no se terminan de ajustar ni a la historia real ni a los propios personajes, que aunque muy bien interpretados, no me terminaron de convencer en la mayoría de casos. Y creo que el problema está en el tono que se le ha querido dar a la serie, un tono ligero más próximo a lo que uno se esperaría de una adaptación de La isla del tesoro que de una producción histórica sobre la expedición de Magallanes-Elcano. Y eso ha hecho que lo que prometía ser una miniserie muy interesante, haya acabado siendo una serie monótona y previsible que en ocasiones ha rozado el ridículo. No es un desastre, pero dista mucho de que podamos definirla como buena.

Obi-Wan Kenobi (2022)

No me considero un gran fan del universo de Star Wars, aunque sí que soy un espectador habitual que suele disfrutar de la principal creación de George Lucas. Por desgracia, desde que Disney compró este universo tengo la sensación de que hay una preocupante falta de ideas que está haciendo que se estrenen películas y series que en el fondo todavía no estaban maduras, en algunos casos partiendo de ideas que apenas se habían desarrollado y que quedan como producciones irregulares e imperfectas que no saben muy bien qué quieren contar ni a dónde quieren ir. Eso es lo que me ocurrió con El libro de Boba Fett, de la que hablé en mi repaso anual de series 2021/2022. Y en esa misma línea va Obi-Wan Kenobi, la serie destinada a mostrarnos la transición del Kenobi del Episodio III al Kenobi del Episodio IV en un contexto de persecuciones, genocidios y cambios de régimen. Prometía mucho, aunque al final ha resultado no estar a la altura.

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La miniserie Obi-Wan Kenobi responde a algunas de las preguntas claves del universo de Star Wars al cerrar el hueco que había quedado entre las dos primeras trilogías de la saga.

Obi-Wan Kenobi es uno de los personajes más queridos de Star Wars y Darth Vader es uno de los mejores villanos del cine. La historia que ambos comparten, eje central de la trilogía de precuelas, estaba bien estructurada y terminaba en el Episodio III con un gran clímax que dejaba a su vez numerosas preguntas en el aire. Muchas de esas preguntas debía responderlas esta (mini)serie de 6 episodios que a veces parece más la presentación de toda una historia nueva que de una historia autoconclusiva. No me extrañaría nada que pronto tengamos noticias de su renovación. Obi-Wan Kenobi tiene muchas virtudes, empezando por ese tono deprimente que la sobrevuela en todo momento, con un protagonista que se siente abatido y derrotado y que ha perdido las ganas de luchar. Pero también tiene muchos defectos, la mayoría de ellos derivados de una puesta en escena fallida y de una dirección rutinaria que no toma los riesgos que sí toma el guion. El resultado es una extraña mezcla en la que el contenido y el continente chocan, lo que a mí hace que me pregunte si de verdad era necesaria. Yo creo que no porque esta no era la serie que estábamos buscando, aunque si tiene segunda temporada todo podría cambiar porque creo que potencial hay.

The Boys (Temporada 3, 2022)

The Boys es una de las series del momento, creo que eso nadie lo duda. Yo la empecé a ver en el verano de 2020 para ya engancharme a ella en el curso 2020/2021, que es cuando se emitió y yo vi su segunda temporada. The Boys me atrapó desde su primer momento por su tono gamberro, su humor negro y sus constantes subtextos y referencias a nuestro presente. En la primera temporada la historia se hizo eco del movimiento «Me too», en la segunda el auge de pensamientos próximos a los principios del nazismo tuvo un peso destacado y ahora se afianza esa tendencia con cuestiones que nos hacen recordar al movimiento «Black lives matter» o sucesos tan lamentables como el asalto al Capitolio (referencia al hombre-búfalo incluida). Porque igual que lo hace Watchmen, The Boys también usa el mundo de los superhéroes para hablar de nuestro propio mundo y, más concretamente, de nosotros mismos.

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La tercera temporada de The Boys llega con mucha más sangre y violencia que la anterior, con nuevos personajes y una gran evolución de los ya conocidos.

Al igual que lo hizo con su segunda temporada, en esta tercera la serie ha optado por dar un paso al frente y multiplicar todo por 10. Es más gamberra, más sangrienta, más sórdida y también más directa respecto a qué quiere contar y hacia dónde quiere ir. Los 8 episodios que conforman esta tercera temporada han sido un ascenso a la cumbre de la depravación del mundo de los superhéroes, con ese capítulo que tanto dio de qué hablar por haber sido capaz de romper con lo que se creía posible hacer y ver en una serie de televisión. Y todo gracias a una trama bien construida y unos personajes que siguen evolucionando y buscando su propio camino en este mundo en el que los superpoderes no están subscritos al mundo de los cómics. Un aparte merece el personaje de Soldier Boy, gracias al cual hemos podido comprender mejor los orígenes de los supes y los primeros pasos de Vought, mientras que la evolución de los personajes ya conocidos, en especial Carnicero y Hughie, nos ha servido para vislumbrar qué está por venir. The Boys es una serie que todavía rezuma frescura, aunque el exceso de spin-offs que está surgiendo a su alrededor me hace temer su futuro. No obstante esta tercera temporada ha demostrado que aún no había explotado todo su potencial y que todavía tiene mucho qué contar. Esperemos que ese nivel lo mantenga en la cuarta temporada, ya confirmada.

Better call Saul (Temporada 1, 2015)

Breaking Bad es para mí una de las mejores series que se han hecho en los últimos años. Su primera temporada no me convenció tanto porque me daba la sensación de que aún no sabía muy bien qué quería ser, si una comedia negra o un oscuro drama sobre el auge y caída de su protagonista. Pero esa duda quedó fuera con su segunda temporada, tal vez la mejor en cuanto a estructura general y como punto de inflexión (cierta sobredosis todavía está entre lo mejor que he visto en una serie). Ya ni hablemos de su desenlace final, de nuevo para mí uno de los mejores cierres de una serie y uno de los ejemplos más claros de por qué es tan importante respetar la visión creativa de un creador. Ahora este universo continúa y se expande con esta precuela que he tardado mucho en empezar a ver, centrada en las idas y venidas de uno de los secundarios más queridos de la serie: Saul Goodman, el extraño abogado de Breaking Bad. ¿Quién era antes de que sus pasos se cruzaran con Walter White? ¿De dónde viene un hombre tan particular? Esa es la idea de la que parece nacer Better call Saul, una serie que ha terminado este año en el que yo la he empezado.

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Tras el éxito de Breaking Bad su universo se ha expandido con Better call Saul, una precuela centrada en el abogado Saul Goodman antes de ser Saul Goodman.

Hacer una precuela de una serie que tuvo tanto éxito en su momento podría ser una grandísima idea o una pésima decisión. Volver a recorrer entornos conocidos antes de que los conociéramos y ver cómo algunos personajes icónicos se transformarán en los que todos conocemos siempre es una premisa muy arriesgada que no siempre sale bien. Con Better call Saul lo ha hecho. Y muy bien añadiría. La nueva serie de Vince Gilligan, esta vez acompañado por Peter Gould al mando, sabe muy bien cómo viajar al pasado de Breaking Bad sin que sea Breaking Bad. El olor a narcotráfico y delincuencia ya está ahí y es similar, pero no igual. Incluso el tono de esta primera temporada ya es diferente a lo que fue la serie original en general. Better call Saul, que recordemos que era el eslogan con el que se vendía el personaje de Saul Goodman, ha sabido encontrar su estilo propio, su tono propio y hasta su voz propia. No diré más de los diez episodios que forman esta primera temporada porque aún me queda mucho por delante de la serie, pero de momento os puedo asegurar que lo que he visto me ha gustado y me ha dejado con ganas de mucho más.

The Orville (Temporada 3, 2022)

Seth McFarlane es la persona detrás de series de animación irreverentes como Padre de familia o Padre made in USA y de las comedias Ted, Mil maneras de moder el polvo y Ted 2. Con esos antecedentes, la primera serie de acción real que creaba parecía destinada a ser una comedia con mucho humor adulto, bastante negro y soez. Sin embargo The Orville resultó ser algo muy diferente a esa idea, una serie de aventuras espaciales que usaba el universo como espejo de nuestra propia sociedad, en la que la actualidad política y nuestra realidad social eran reflejadas con pequeños matices. The Orville, de hecho, ya es conocida como el producto más parecido, sobre todo en espíritu, a los orígenes de Star Trek. Y ahora, más de tres años después de la emisión de su segunda temporada y con un cambio de canal de por medio (de FOX, comprada en 2019 por Disney, a Hulu), la serie ha vuelto con una tercera temporada llena de sorpresas.

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Tras varios años de parón, la serie The Orville vuelve con una tercera temporada cargada de acción y drama en la que el humor ha quedado definitivamente relegado a un segundo plano.

A The Orville el cambio de canal le ha venido muy bien. La nueva temporada ha decidido dejar de lado definitivamente el tono cómico de su primera temporada para tomar sin vacilaciones el camino del drama y la ciencia ficción más seria. Gags sigue habiendo, pero ya no son tan importantes como antes, ni tan simples ni tan frecuentes. Ahora la serie ahonda en las consecuencias que tuvieron los sucesos de los capítulos de las dos temporadas anteriores mostrando una gran madurez tanto de la puesta en escena como de los guiones y personajes. Sin olvidarnos de una clarísima mejoría en cuanto a los efectos especiales que a mí me ha dejado con la boca abierta en más de una ocasión. Los 10 capítulos que forman esta tercera temporada, que en Estados Unidos se ha denominado The Orville: New Horizons, son más largos que en las anteriores (todos superan los 60 minutos) y constituyen la temporada del asentamiento de la serie. En ella el universo Star Trek ya no parece el único referente, ya que la forma en la que se han hecho las numerosas batallas espaciales recuerda mucho más a Star Wars, lo que demuestra una vez más que ambos universos no tienen por qué estar reñidos. The Orville ha vuelto mejor que nunca y con esta tercera temporada nos ha dejado todo un nuevo universo por explorar al que espero que podamos volver a viajar pronto.

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