Salamanca como nunca se ha visto antes

No son pocas las novelas sobre asesinos rituales que se ambientan en una ciudad conocida y acaban convirtiéndose en una especie de recorrido por su rico patrimonio monumental. En esos casos, no voy a poner ejemplos porque creo que no es necesario, dicha ciudad acaba convirtiéndose en una especie de protagonista involuntaria y sus monumentos, si las cosas se hacen bien, en un recuerdo imborrable de los sucesos narrados. Sin embargo eso no es lo que encontraréis en La justicia de Némesis, mi primera novela negra.

La elección de Salamanca llegó con el tiempo, cuando vi que todo lo que quería y necesitaba podía encajar perfectamente con una ciudad que conocía muy bien.

La idea de escribir una novela sobre un asesino ritual llamado Némesis es muy anterior a la idea de ambientarla en Salamanca, ciudad que conozco muy bien por ser en la que nací, a la que fui a la universidad y en la que todavía paso gran parte del año. La idea inicial era que la historia no se desarrollase en ninguna ciudad concreta, sino en una ciudad que tuviera elementos genéricos y en la que no tuviera la necesidad de entrar en detalles de ningún tipo. Porque lo que yo quería era que la trama se centrase en cómo la investigación afectaba a los protagonistas, cómo el estrés que supone hacer frente a algo tan terrible como es un asesino ritual se puede volver en tu contra y acabar convirtiéndote en tu propio enemigo. En resumidas cuentas, la idea siempre fue escribir una novela con la que pudiera centrarme más en la psicología que en la acción, para lo que necesitaba que la ciudad en la que se sucedían los eventos fuera una ciudad opresiva que no se limitase a ser el escenario de sofisticados asesinatos. Necesitaba que, en cierto modo, la ciudad acabase siendo un personaje más de la trama. La elección de Salamanca llegó con el tiempo, cuando vi que todo lo que quería y necesitaba podía encajar perfectamente con una ciudad que conocía muy bien, lo que me permitiría además coger detalles que los lectores pudierais conocer y retorcerlos hasta hacerlos prácticamente irreconocibles. Fue así como La justicia de Némesis pasó a ser la novela que es hoy en día.

Lo que yo quería era que la trama se centrase en cómo la investigación afectaba a los protagonistas, cómo el estrés que supone hacer frente a algo tan terrible como es un asesino ritual se puede volver en tu contra y acabar convirtiéndote en tu propio enemigo.

En La justicia de Némesis Salamanca aparece como una ciudad llena de sombras que va más allá de su atractivo turístico. Su vida universitaria y sus monumentos están ahí, con sus turistas paseando y haciéndose fotos, sus calles en constante cambio por las remodelaciones urbanísticas y con un amplio programa de eventos culturales, sociales y académicos. Incluso me he permitido la libertad de crear un monumento inexistente que tendrá cierto peso en la trama. Pero bajo todo eso subyace otra Salamanca mucho menos atractiva y más violenta, una Salamanca opresiva, oscura y llena de sombras que en el fondo no se aleja tanto de la realidad. La Salamanca que encontraréis en La justicia de Némesis es una ciudad con dos caras en la que también hay tiroteos entre bandas rivales de narcotráfico, existe la prostitución y se producen violaciones y asesinatos. Esa era la ciudad que yo quería para mi novela, una ciudad implacable con sus habitantes, una ciudad que muchas veces pudiera aparecer como una amenaza omnipresente que sobrevuela constantemente a los protagonistas.

La Salamanca que encontraréis en La justicia de Némesis es una ciudad con dos caras en la que también hay tiroteos entre bandas rivales de narcotráfico, existe la prostitución y se producen violaciones y asesinatos.

La justicia de Némesis no es una novela policíaca que gire en torno a una investigación policial que sea tanto el punto de partida como el eje central de la trama. Es una novela negra en la que la aparición de un asesino ritual solo será el comienzo de un viaje mucho mayor que llevará al límite a sus protagonistas. Así que no esperéis encontrar en ella complejos enigmas relacionados con los relieves de la fachada de la universidad o pistas que aludan al astronauta de la catedral o a alguno de los medallones de la plaza Mayor. Lo que os vais a encontrar es sangre, violencia y mucha, mucha tensión, pero sobre todo unos asesinatos brutales y muy cruentos con una escenografía muy elaborada por parte de un asesino tan implacable como la propia ciudad de Salamanca. Eso es La justicia de Némesis, donde Salamanca aparece como nunca antes se ha visto.

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